Lo que las cafeterías hicieron por el liberalismo

In Catalejo by Jose PeinadoLeave a Comment

Sachar Pinsker (Universidad de New York) publica un interesante libro -alineado con la teoría del sociólogo y filósofo alemán Jürgen Habermas- en el que defiende que las cafeterías y salones de los siglos XVII y XVIII ayudaron a sentar las bases de la Ilustración liberal; la democracia no se asentó en las calles sino entre tazas de café y porciones de pastel. Las cafeterías se convirtieron en espacios sociales fuera del control directo del Estado. La sociedad civil pudo florecer de formas inesperadas, no porque las conversaciones en el café fueran necesaria e intelectualmente muy productivas, sino porque la práctica del libre intercambio de pensamiento, la capacidad de interectuar en igualdad de condiciones con alguien que no perteneciera al mismo grupo, club o entorno, generaba hábitos sociales de autoexpresión que incitaban el apetito por el autogobierno.

Hoy día, las cafeterías han evolucionado su “atmósfera” al patrón dictado por Starbuck. La gente acude a ellas e intercambia opiniones con amigos y detractores, pero mediante la conexión wifi y las redes sociales, no con los demás clientes del establecimiento. No se comparte espacio y pensamiento en la cafetería moderna, simplemente se alquila el espacio.

Visto en The New Yorker. Para ver completo, pincha aquí

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